Ni la banda sonora de Titanic, ni el olor a fresa, ni el 43 cola, ni los buenos días por la mañana, ni las canciones que recuerdan algo único, ni el numero 7, ni los esmaltes de uñas, ni el chocolate.
Tampoco los te quiero correspondidos, ni las sonrisas, ni los tulipanes, ni los 14 de febrero, ni los reencuentros, ni los besos, ni las estrellas fugaces.
Creo que ya queda demostrado que no hay nada que se compare a ti, y mucho menos a tu sonrisa.
2 comentarios:
me encantaron tus imagenes pero sobretodo la de la cabecera... siempre que voy a París me enamoro mas y mas de esa ciudad
IMPRESIONANTE, me he enamorado, te sigo!
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